Dado que el trastorno bipolar es una enfermedad biológica, existe un componente genético asociado posiblemente a varios genes.
Además de la existencia de los genes asociados al trastorno bipolar en muchos casos también es necesario que se den los llamados desencadenantes que vienen a ser situaciones estresantes mantenidas en el tiempo, consumo de sustancias, aspectos hormonales o cierta toma de fármacos, que permiten descompensar el estado de ánimo.
Si no se trata adecuadamente, los episodios pueden aparecer de forma espontánea sin la necesidad de un desencadenante.